La pregunta que mucha
gente nos hacemos ahora es: ¿podemos vivir sin
plástico? La respuesta a corto plazo es 'no', creo. Este material está
por todas partes: desde piezas para autos y otros vehículos,
hasta juguetes, muebles de oficina, computadoras, insumos
médicos, envoltorios de alimentos y más. Pero lo que sí podemos
hacer es evitar su utilización innecesaria y reducir al máximo la
acción de usar y descartar.
Últimamente estamos
siendo testigos de los cambios que están surgiendo a nivel mundial con la campaña
de concienciación de sobre el uso de plásticos. La gente cada vez es más
consciente de este grave problema. Porque hasta hace bien poco, si
hablaba del cambio climático y de los problemas del plástico, me llamaban “hippie”.
Y
ahora hasta hay empresas y gobiernos que han comenzado a aplicar algunas
prohibiciones relacionadas con su uso. ¡Ya iba siendo hora, por cierto! Os
cuento alguna, seguro que vosotros conocéis otras más:
1- WeWork, la
compañía de espacios de trabajo colaborativo, se unió recientemente a las
celebraciones por el Día de la Tierra anunciando su iniciativa global de
sostenibilidad eliminando todos los artículos de plástico de un solo uso en
todas sus locaciones, así como otras medidas que la ayudarán a reducir su
huella de carbono, con el objetivo de convertirse en una compañía cada vez
más responsable con el planeta. La empresa afirmó que eliminó el
plástico de sus operaciones diarias y lo reemplazó por opciones más
amigables como el almidón de maíz, papel o en algunos casos metal y vidrio,
materiales que pueden ser reutilizados sin ningún problema.
2- La cadena de
supermercados de Holanda llamada Ekoplaza es pionera en tener
un pasillo libre de plásticos y ofrece 700 productos, entre
carnes, lácteos, cereales y vegetales, envasados en biomateriales
compostables. El director ejecutivo de Ekoplaza, Erik Does, explicó
que se trata de "un paso importante hacia un futuro más prometedor para la
comida y la bebida". Además, asegura, estos productos eco no serán
más caros que el resto.
3- La marca de
cerveza Estrella Damm , que ha hecho un anuncio tan directo que me
rompe el corazón, está comprometida con la sostenibilidad, por lo que
ha lanzado un nuevo sistema de envase de latas hecho a base de cartón
100% biodegradable que todavía está en período de prueba. Se calcula que
quedarán eliminadas del mercado 89 millones de anillas y 260 toneladas de
plástico.
4- La marca de productos de belleza, cosméticos e higiene natural Lush ha decidido abrir una tienda única en el mundo. Allí sus productos están libres de plásticos: solo se venderán productos sólidos y desnudos con el objetivo de crear conciencia sobre el problema del plástico y explorar un futuro de cosméticos totalmente libres de envases. Hasta el champú se vende en forma sólida, lo cual, además de reducir el consumo de plástico, reduce la huella de carbono del producto, pues, como especifican desde la compañía, "un camión lleno de pastillas de champú sólido equivale a los mismos lavados que 15 camiones de producto líquido".
5-Desde hace un
año, los suscriptores de National Geographic en España reciben la
revista en sobres de papel reciclado. Esta iniciativa forma parte de la
campaña global "¿Planeta o Plástico?" que busca generar
conciencia sobre esta problemática y reducir la cantidad de plástico en los
océanos a través de la comunicación, acciones y alianzas específicas. En
Argentina, lanzó su campaña fotográfica "Sin Sorbete. Si es malo
para el planeta, es malo para vos" para concientizar sobre la crisis del
plástico desechable en el medio ambiente.
6- Ikea, el
gigante sueco de compras, retirará todos los productos de plástico de un
solo uso a nivel global y de los restaurantes de clientes y trabajadores
de las tiendas para 2020.Además se han comprometido a reducir la huella
climática total de la marca una media del 70% por producto.
7- La compañía
tecnológica Dell también se ha dado cuenta del problema que supone el
exceso de plástico en el planeta. Para ayudar a luchar contra ello están
usando plásticos recogidos de playas, ríos y áreas costeras para
empaquetar algunas de sus nuevas computadoras portátiles. Según los datos
de la compañía, este proyecto piloto inicial eliminará casi 7.300 kilos de
plásticos de los océanos.
8- McDonald's anunció
el viernes que cambiará a sorbetes (pajitas, pitillos, pajillas o popotes)
de papel en todas sus ubicaciones en Gran Bretaña e Irlanda y
que ensayará una alternativa a las pajitas de plástico en algunos de sus
restaurantes en Estados Unidosa finales de este año.
09- MSC
Cruceros anunció un nuevo capítulo en su programa de administración
ambiental al presentar el compromiso de eliminar los plásticos de un
solo uso en toda su flota a nivel mundial. Para finales de diciembre de
2018, logró eliminar todos los sorbetes de plástico de un solo uso. Y
en marzo de 2019, amplió la eliminación prácticamente de todos los plásticos de
un solo uso si hay alternativas sustentables disponibles.
10- El Parlamento
de Ruanda ha aprobado una ley que prohíbe la manufactura, importación, uso y
venta de todo tipo de objetos de plástico de un solo uso, bajo multas que
podrían superar los más de 9.500 euros. La ley prohíbe todo uso de productos
como pajitas, botellas de plástico, envases de comida rápida, platos, vasos y
cubertería de plástico, además de las bolsas que ya estaban prohibidas desde
2008.
Desgraciadamente todavía hay gente que piensa que eso del cambio climático es una tontería, por eso la lucha continúa. Aunque desde aquel viernes que los jóvenes de nuestro planeta se unieron en la campaña Salvemos el Planeta, nada ha vuelto a ser lo mismo. Ellos nos han llenado de esperanza y debemos ayudar. Hay que hacer lo por ellos, por su futuro, y por los que vengan después. No hay motivación mejor.
No podíamos terminar esta temporada sin hablar de los OMG y su aportación a nuestras vidas. Los transgénicos son organismos modificados mediante ingeniería genética en los que se han introducido uno o varios genes de otras especies. Son pocos: básicamente soja, maíz, algodón y colza, que suponen prácticamente el 100% de la superficie cultivada con OMG a nivel mundial.
Durante siglos se ha utilizado el cruce de los mejores ejemplares de cada especie para mejorar los cultivos y las razas ganaderas entre una misma especie (híbridos). Pero los cultivos y alimentos transgénicos son diferentes: se saltan las barreras entre especies, introduciendo en ellos genes de especies que no podrían cruzarse en la naturaleza. Los cultivos y alimentos transgénicos actualmente en el mercado incorporan básicamente genes de bacterias, pero las posibilidades son muy amplias. Se investiga con genes de ratones en cerdos, genes de pescado en tomates, genes humanos en arroz y un largo etcétera.
Con los alimentos y cultivos transgénicos estamos liberando al medio ambiente e introduciendo en nuestra alimentación seres vivos de los que se conoce muy poco, desde cómo interactúan en un ecosistema complejo hasta sus posibles consecuencias en la salud.
Desde su aparición hace más de 15 años, los cultivos y alimentos transgénicos no han demostrado los supuestos beneficios prometidos por la industria biotecnológica. Sin embargo han experimentado una rápida expansión en un número limitado de países, debido a las estrategias agresivas de su sector. Tras más de década y media de cultivo comercial, la industria biotecnológica no ha podido demostrar ni un solo beneficio de los transgénicos, ni en aspectos económicos, ni ambientales, ni para la salud. ¡Qué iban a erradicar el hambre en el mundo! Afirmaron muchos como una más de su supuestas ventajas. Los cultivos transgénicos en el mercado están pensados para favorecer la agricultura industrial, están orientados a la exportación y su uso principal es la alimentación del ganado o la producción de agro combustibles. No contribuyen para nada en aportar a las poblaciones pobres alimentos suficientes, diversos y culturalmente adaptados. Resulta ingenuo pensar que unas semillas más caras, que generan mayor dependencia de los agricultores hacía unas pocas multinacionales, van a resolver el problema del hambre.
El problema no es la escasez de alimentos, es la falta de voluntad política para garantizar un reparto equitativo entre toda la población mundial.
Se ha demostrado que no tienen un mayor rendimiento, que los impactos ambientales son graves debido principalmente al incremento en el uso de agrotóxicos y que los costes socio económicos son elevados debido a la imposible coexistencia con el sector ecológico y la falta de responsabilidad ante la contaminación. Además existen serias dudas sobre sus efectos acumulativos y a largo plazo en la salud.
Además de sus probables impactos sobre la salud de los consumidores, los transgénicos crean problemáticas sociales a nivel global. Al utilizar prácticas monopolísticas e incrementar su control sobre la agricultura y alimentación (tenencia de tierra, insumos, control de cosechas y de los mercados, presencia a lo largo de toda la cadena alimentaria, las multinacionales del sector agroalimentario ponen en peligro la soberanía de las personas y los países.
En los últimos años se ha incrementado un fenómeno alarmante: el acaparamiento de tierras por grandes empresas o países, echando a las poblaciones de sus tierras y dejándolas sin su sustento.
Los Gobiernos deben poder limitar o prohibir los cultivos transgénicos para proteger su medio ambiente, su agricultura ecológica, a los consumidores o defender en general su modelo agrario.
Pocos países cultivan OMG a gran escala. Los más importantes son EE.UU., Canadá, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, China, India y Sudáfrica. Su modelo de agricultura transgénica es en general muy intensivo, orientado a la exportación, primando la cantidad sobre la calidad.
Si hablamos de cultivos transgénicos, España se sitúa a la cabeza sin posible competencia. El 80% de los cultivos transgénicos de Europa están en España y nuestro país es el único de la UE que cultiva a gran escala: en 2011 se sembraron cerca de 100.000 hectáreas. En la Unión Europea solo hay dos cultivos transgénicos autorizados para su cultivo:
El cultivo y la importación de transgénicos se realizan con una falta de transparencia absoluta en España. Y aunque tendríamos que contar con los mismos derechos que nuestros vecinos europeos, nuestros gobiernos han decidido ocultar información a la ciudadanía a pesar de incumplir las leyes europeas.
La falta de transparencia e información, cuando somos el país que cultiva más transgénicos en Europa, supone un engaño para la sociedad.
La sociedad civil está en su derecho legal de conocer la ubicación de los campos transgénicos en España, una información que está siendo denegada.
Ayer celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente, (#SinContaminaciónDelAire), una llamada a la acción con la que ayudar a combatir un problema mundial de primer orden que se cobra 7 millones de vidas cada año, ocasiona problemas de salud a largo plazo y frena el desarrollo cognitivo de los niños. Y mañana es el turno del Día Mundial de los Océanos, 8 de junio. La conexión entre ambos días conmemorativos siempre ha estado muy ligada, pero este año lo está aún más. ¿Por qué? Pues porque el lema del Día Mundial de los Océanos no es otro que «Limpiemos nuestros océanos», cuya celebración gira en torno a iniciativas para prevenir la contaminación por plástico y proponer soluciones para unos océanos más limpios. ¿Os suena de algo?
Con el fin de recordar a todo el mundo el gran papel que los océanos juegan en nuestras vidas y de informar a la opinión pública de las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos, el sábado es su Día.
El concepto de un «Día Mundial de los Océanos» fue propuesto por primera vez en 1992 en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro como una manera de celebrar los océanos que comparten los países de mundo y nuestra relación personal con el mar, así como para crear conciencia sobre el papel crucial que los océanos desempeñan en nuestras vidas y las distintas maneras en que las personas pueden ayudar a protegerlos (ONU), sin embargo, su primera celebración no fue hasta 2009.
Se ha repetido hasta la saciedad: los océanos son los pulmones de nuestro planeta, pues generan la mayoría del oxígeno que respiramos. Ayudan a regular el clima y el tiempo y también son fuente de alimento y medicinas y parte fundamental de la biosfera. La «economía azul» del océano es eje central de nuestras vidas: los productos del mar son la principal fuente de proteínas para al menos una de cada cuatro personas en el mundo. Sin embargo, cada vez es más frecuente encontrar “islas” de plásticos en mares y océanos, e incluso colonizando las playas de islas desiertas, como ya os hemos contado.
Resumiendo un poco:
Dado que el plástico puede tardar siglos (o más) en desaparecer, la problemática se hace aún más grave si cabe. Pero no nos equivoquemos, no es casualidad: la mayor parte de los residuos que llegan a los océanos provienen de lo que se tira al suelo o a los ríos (especialmente en Asia) y luego el viento o las corrientes los arrastran hacia el agua salada.
Tanto invade el plástico los mares y océanos, que hay constancia de que afecta a cerca de 700 especies, matando a millones de animales marinos al año. Algunos daños son visibles, como animales estrangulados por redes de pesca abandonadas o por los aros que unen los packs de las latas de bebida.
Otro ejemplo de este gran problema, es aquella fotografía que dio la vuelta al mundo y que nosotros publicamos también al hablaros del maldito plástico, en la que un caballito de mar se aferraba a un bastoncillo de plástico en lugar de a algas u otros detritos naturales para desplazarse con las corrientes marinas entre las aguas contaminación de la isla indonesia de Sumbawa. Muy triste.
¿No tienes planes para este sábado? Únete a las olas humanas que se celebrarán en ciudades como Almería, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria, Granada, Madrid, Málaga, Mallorca, Murcia o Vigo. Además habrá actividades paralelas como limpiezas de playas, talleres de maquillaje, performances… Aunque no vivas cerca del mar, los océanos afectan a toda la vida y biodiversidad del planeta, ¡y eso te incluye a ti también!
El "maldito plástico" se estanca en nuestros ríos y playas. Ya no estoy hablando de islas de plástico en el Pacífico, hoy hablamos de la desembocadura del río Segura, en Guardamar.
Sergio Arroyo, portavoz de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA),nos contó en una reunión que organizó la plataforma FridayForFuture Alicante, que el enorme problema de la marea de plástico, sólidos flotantes en terminología administrativa, comenzó hace unos ocho o nueve años. Anteriormente se veían pero sobre todo eran residuos agrícolas. «No somos conscientes de hasta qué punto se ha generalizado el uso del plástico, sobre todo desde que dejamos de beber agua del grifo». Aquí en Murcia y Alicante el agua del grifo no es potable y hay que comprar la. No es solo contaminación ambiental estética que afea y molesta. Es tóxica. Para fabricar los envases se emplean hasta 200 aditivos. «Tenemos interiorizado que es un material neutro. Pero es tóxico y de eso habría que mentalizar a la gente ya que se puede convertir en un problema de salud pública, a largo o corto plazo, no lo sabemos», nos contó Arroyo. Los propios fabricantes recomiendan a los consumidores que no reutilicen las botellas. ¿No os resulta un tanto extraño? Pues no. El plástico se degrada y puede resultar nocivo para la salud. Solo el debate abierto sobre esta plaga ambiental del microplástico y las denuncias de grupos ecologistas, entre los que incluyo a nuestros jóvenes defensores del planeta de FrydayForFuture que me han dado esperanza, ante el comité de peticiones de la Unión Europea han hecho que esas administraciones comiencen a «moverse» por resolver un problema que se suma a los otros que arrastra el Segura desde hace décadas en relación a su escaso caudal o la calidad de sus aguas.
En la playa de Les Tossals, la de la foto, al norte de la desembocadura del río Segura, la visión del entorno es muy triste. Hasta ahí llegan todos los años toneladas de estos restos de envases, que no solo afean el paisaje, también se infiltran en la cadena trófica de peces y aves en el mar y la playa. Colores chillones, fluorescentes. Miles de formas llamativas. Incontables… Un manto de microplásticos se extiende por la playa. Forman parte del paisaje cotidiano de nuestro litoral, reflejo del final del recorrido de usar y tirar que rodea nuestras vidas de supermercado. En un sencillo sondeo se pueden hallar 3.200 fragmentos por metro cuadrado. Al garbillar la arena se harta uno de contar fragmentos: tapones, pajitas, trozos de bolsas, de botellas, objetos inclasificables... de plástico. Desembocan por el cauce antiguo a través de las azarbes del sistema de riego tradicional, pese a la pantalla de retención. La erosión del mar convierte botellas de agua o de refrescos en ese mosaico multicolor que ocupa esta playa única, salvaje, hábitat de especies vulnerables, aislada entre el mar, la pinada y un espectacular cordón dunar.
La primera reacción de la CHS fue acusar a los agricultores tradicionales, pero la mayor parte de estas basuras son domésticas, de la Vega Baja y de aguas arriba de Orihuela, de la ciudad de Murcia. La única manera de parar este manto contaminante es que los residuos no terminen en el río. Las rejillas automáticas se utilizan en otras zonas de riego como el campo de Elche, desde hace años, y se van a instalar en la Vega Baja.
Los ayuntamientos son responsables de la recogida de estos residuos de las zonas por las que pasa el río pero miran para otro lado, igual que la Generalitat Valenciana o la Confederación Hidrográfica misma. Los verdaderos responsables de este problema, son las empresas. Las grandes marcas deberían eliminar de una vez su maldito plástico y enmendarse en buscar formas de proporcionar sus productos con envases re-utilizables, re-cargables o re-llenables para poner fin al usar y tirar, y a la contaminación por plásticos, claro.
Así que lo que puedes hacer es pedirles con nosotros que cambien mientras sigues dando tus propios pasos personales para alejarte de la cultura del usar y tirar. Ante esta crisis de la contaminación por plásticos no mires para otro lado y únete. Pídele a las marcas más contaminantes que eliminen su maldito plástico ¡Por favor!.
Todo está interconectado: la vida se sustenta en los intercambios que día a día se realizan entre las 1,4 millones de especies vegetales y animales que poblamos la Tierra. Ya sea entre peces y aves, entre aves e insectos o entre insectos y flores… todos tenemos una relación de dependencia mutua, porque la naturaleza es un gran organismo vivo. Y eso es la biodiversidad. De este delicado equilibrio depende una de las cuestiones clave de la vida:
la alimentación.
Mucho
hemos oído hablar sobre la cadena trófica o cadena alimenticia y normalmente la
concebimos como un proceso que sucede en un ecosistema dado. No obstante, si
pensamos en la naturaleza como un gran todo holístico, también podemos
pensar que el planeta entero tiene su propia gran cadena trófica. Esta cadena
vendría siendo la biodiversidad total de planeta, de la cual depende también
nuestra alimentación. Así que también depende de ello nuestra cultura, pues
mucho de ella se sustenta en la variedad alimenticia. La biodiversidad es clave para la agricultura y la producción de
alimentos.
Por lo tanto, también lo es para nuestra cultura.
Si
de la biodiversidad depende nuestra alimentación, eso quiere decir que de
nuestra alimentación también depende la biodiversidad. Sería muy arrogante
pensar que nosotros estamos fuera de esta gran cadena trófica que une a todas
las especies. No hay mejor ejemplo de ello que los cultivos de arroz.
Porque los arrozales, según ha podido comprobar la FAO, son un microcosmos de
vida. Ahí se han encontrado 700 especies de insectos y otros organismos.
Así que no somos sólo un mal para el planeta, siempre y cuando la agricultura como práctica no se entrometa con los ciclos de la naturaleza algo que, lamentablemente, ocurre cada vez con más frecuencia. Pero en la dialéctica que supone la biodiversidad, nosotros también somos necesarios. Si queremos conservar esta cadena trófica funcionando y seguir nutriéndonos como es necesario, defender la biodiversidad es un imperativo. Pero ¿qué está poniendo en riesgo a la biodiversidad?
El alto consumo de
carne
Como
ya os comentamos hace unas semanas, los cultivos para alimentar al ganado dañan
el ecosistema. Esto ha ocasionado la extinción de más de 30 especies en el
mundo. Es por ello que comer menos carne verdaderamente salva especies y
ecosistemas. Por lo tanto, es una forma de proteger la biodiversidad y asegurar
nuestra alimentación, que no debe basarse en la proteína animal.
La modificación
genética
La
tecnología genética pretende adueñarse de la naturaleza e incluso de sus bases
más profundas. Y por si eso no fuese suficiente motivo de indignación, hay que
agregar que a dicho crimen, se suma el hecho de que los transgénicos son una
sentencia de muerte para cientos de cultivos. Entre ellos las 64 razas de
maíz que hay en México, ya que el maíz modificado es capaz de matar y sustituir
a las especies nativas para siempre.
Por
eso es muy importante evadir a toda costa los transgénicos. Comprar orgánico es
la mejor forma de hacerlo, y de paso le estaremos haciendo un bien a nuestro
organismo. Otro día os hablaré de MONSANTO.
El uso desmedido de
pesticidas químicos
La
ONU ha sido tajante: los pesticidas
son catastróficos para el ambiente, para la salud humana y para la sociedad.
Los pesticidas sólo han provocado colapsos en miles de cultivos alrededor del
mundo, ya que matan indiscriminadamente a toda la población de insectos en los
cultivos, incluso a aquellos que son necesarios para la salud de las plantas y
la tierra. Además, contaminan los ecosistemas más allá de las granjas,
desestabilizando los por completo.
La poca variación en
lo que comemos
Según
la FAO, sólo 14 especies de mamíferos y aves componen el 90% del
suministro de alimentos de origen animal que consumen las personas. Y apenas
cuatro especies: el trigo, el maíz, el arroz y las patatas, proporcionan la
mitad de la energía que obtenemos de las plantas. Estas prácticas, al no
promover la diversidad genética, pueden provocar colapsos ambientales a mediano
plazo, algunos de los cuales ya se han dejado sentir.
Por
eso es importante variar lo más posible nuestra propia dieta y, sobre
todo, incluir insectos en ella. Entre otras cosas, los insectos son el
alimento del futuro por ser de gran ayuda para conservar la biodiversidad.
Un
planeta biodiverso es un planeta donde todos los seres vivos podemos
alimentarnos dignamente.
Los restos del café y del desayuno en general suelen ser un auténtico tesoro para fertilizar las plantas, ya sean ornamentales o comestibles. Si por un lado las pieles de las frutas son ideales para hacer compostaje, el café no se queda atrás. De hecho, además de poder añadirlo a la pila del compost, admiten otras muchas maneras de convertirse en un abono.
Podríamos
decir que el abono es ecológico, y en cierto modo lo sería, pues el uso de
los restos del café para las plantas supone reciclar un alimento, si bien
este habría de ser orgánico para considerarlo realmente ecológico a la hora de
abonar un huerto que a su vez fuese orgánico
Existen
distintas maneras de aprovechar los restos o posos del café para
alimentar nuestras plantas o para utilizarlo como pesticida natural, entre
otros usos que nos ayuden a practicar una jardinería más sostenible.
Como
primera medida, antes de hacer un repaso a los distintos modos de sacarle
partido a los residuos del café, conviene tener en cuenta un consejo práctico
que es clave para su conservación. Y es que a la hora de almacenar los
residuos, ya lo hagamos en una bolsa de plástico o en un envase de cristal,
tupper o similares, es fundamental que estos estén secos, pues de otro
modo la humedad puede provocar que se pudran. Sobre todo, si tardamos en
utilizarlos.
Otra
cosa distinta es sacarles partido echándolos a la pila del compostaje, en cuyo
caso podemos añadirlos tal cual, secos o húmedos, teniendo en cuenta que suelen
conformarse añadiendo capas de materiales frescos y húmedos que se alternan con
otras capas de materiales secos.
Así,
ya sea como fertilizante orgánico mezclado con la tierra, como alimento para
las lombrices del compost, para formar compostaje tradicional o como
ahuyentador de bichitos del jardín, el café tiene diferentes utilidades en
el jardín.
Enriquece la tierra: abonar con compost
regularmente mezclando el café con la tierra y el mantillo vegetal puede
reducir la necesidad de abono convencional e incluso hacerlo innecesario.
También es efectivo echar directamente los posos del café alrededor de las
plantas, junto con el mantillo, tanto en macetas como en jardines superficies
más amplias. El resultado será un fertilizante que funciona como cualquier otro
abono orgánico, que no acidifica la tierra en exceso, más bien es algo alcalina.
Para hacer fertilizante líquido, solo tendrás que mezclarlo con agua y
dejarlo reposar durante toda la noche. Obtendremos un fertilizante líquido que
podemos aplicar a modo de riego o aplicándolo directamente en tallos y hojas.
Nitrogena la tierra: aunque el abono de nitrógeno
alude a un elemento químico, a menos así lo es si atendemos a su definición
convencional, también es cierto que el café que tomamos deriva de semillas
procesadas, con lo que los posos de café son ricos en nitrógeno. Su proporción
de en torno al diez por ciento es idónea para enriquecer la tierra con
nitrógeno, que será de gran ayuda para el crecimiento de las plantas, su
floración y, en caso de tener una huerta, también para sus frutos.
Así,
el café puede ser añadido al compost, los posos de café son una fuente
de nitrógeno por eso son de color marrón y es considerado un material de
compostaje verde y es ideal para añadir con restos de plantas y hierbas
cortadas. Debes saber que tus posos de café no deberán comprender nunca
más del 20% de compost porque podría tener entonces, un impacto negativo.
Ahuyenta gusanos,
caracoles y babosas.
Una capa fina de café molido o de restos o posos de café puede ayudar
a mejorar el suelo de tu jardín, pero además la composición natural del café se
combina para hacer de barrera para las babosas, ya que no será fácil para
una babosa, gusano o caracol desplazarse sobre una superficie de café molido.
Resulta efectivo colocarlo formando un círculo alrededor de la planta.
Si
tienes problemas de babosas en tu jardín, el café molido como ves será tu gran
aliado porque, además, la cafeína es tóxica para las babosas por lo que no
intentarán acercarse a tus plantas ni a tu hogar. Puedes utilizar café molido
para ponerlo alrededor de tus plantas. Pero te aconsejamos que no utilices
una capa espesa de los posos de café porque se podrían compactar y crear
una corteza sólida que no permitiría que el aire o el agua entrase a las raíces
para que la planta viva. Lo ideal es utilizar una fina capa de café molido.
Alimenta a las
lombrices del compost.
Obtendremos un compost más rico si agregamos lombrices y, entre otros
nutrientes, las alimentamos con los posos de café. Todos sabemos que las
lombrices son bienvenidas en los jardines porque son realmente necesarias para
trabajar la tierra. A las lombrices les gusta el café pero siempre y
cuando haya poca cantidad, si te pasas de la raya las lombrices podrían morir
porque no podrían digerir bien tanta acidez del café. No pongas más de una
taza pequeña de café a la semana a la tierra de tu jardín, para que las
lombrices sobrevivan no tengas tentación de echar más café a la tierra de tu
jardín.
Como
ves, el café es una bebida que a todo el mundo le gusta (o a casi todo el
mundo) y que además, puede servirte para que tu jardín esté en mejores
condiciones. Si tienes posos de café ya puedes reutilizar los.
El lado ecológico de este mundo se representa de muchas maneras. Siempre hay alguna alternativa para respetar el planeta y conseguir lo que necesitamos sin poner en peligro su eficacia. “Dame tus desechos y te daré una sonrisa para la vida”. Dijo Tateh Lehbib, un joven ingeniero saharaui que solo con desperdicios y muchas ganas, ha empezado a repartir esas sonrisas entre los refugiados saharauis que viven en los campamentos de Tinduf, en Argelia, para los que ha ideado un modelo de vivienda alternativo capaz de plantar cara a las duras condiciones de vida del desierto.
Como anticipa su mote ‘El loco de las botellas’, ese elemento tan abundante en los campos, hasta ahora como desecho, es la base de su propuesta para sustituir las tradicionales casas de adobe y techo de chapa que han proliferado en los campamentos que son auténticos hornos cuando el calor aprieta hasta los 50 grados por estas ingeniosas casas hechas con botellas de plástico.
Para enfrentar esta precariedad y mejorar las condiciones de vida de una comunidad que tras la palestina es de las que más años lleva como refugiada (desde 1975) este ‘Loco de las botellas´ recopiló tantas como pudo para usarlas como cimientos y como muros exteriores; para lo que las rellenó de arena, cemento y tierra con paja. Como ya sabemos todos, las botellas de plástico no son buenas para el medio ambiente. Después de su uso, y aún arrojadas a la basura correspondiente, también son difíciles de reciclar, por lo que los residuos están creciendo en la tierra. La incineración también causa contaminación del aire, así que si les dan uso también es un buen paso hacia la protección del medio ambiente.
Las viviendas cuentan con varias características que las hacen más eficientes en el durísimo ecosistema del desierto de los desiertos. Los muros son de botellas de plástico rellenas de arena, cemento y una mezcla interior de tierra y paja que sirve de aislante térmico. Son muy resistentes en comparación con las casas de adobe que se deshacen con las lluvias que asolan la región cada cierto tiempo.
Su forma circular evita que se formen dunas en las tormentas de arena como sucede con las de planta cuadrada y gracias a la pintura blanca exterior se reduce hasta en un 90 % el impacto de los rayos solares.
El doble techo, con un espacio para la ventilación y dos ventanas a diferente altura, favorece la corriente interna y completan una idea que se traduce en una rebaja de cinco grados centígrados con respecto a las construcciones hasta ahora usuales en los campamentos.
“Recordé un documental que había visto sobre construcción con botellas de plástico, y pensé: ¿Por qué no intentarlo?”, explica Tateh Lehbib sobre un proyecto que al optar por casas en forma de círculo las hace más resistentes al viento y a las tormentas de arena que azotan la zona por su forma circular.
Este experimento, al que se lanzó el joven licenciado por la universidad de Argel y máster en eficiencia energética por la Universidad de Las Palmas para ofrecer una casa más segura y confortable a su abuela, resultó tan atractivo que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) decidió respaldarlo.
Cuando ACNUR conoció este proyecto, decidió financiar con su Fondo de Innovación la construcción de 25 casas de este tipo, destinadas a las familias más vulnerables en los cinco campamentos saharauis de Auserd, Boujdour, Dakhla, Smara y Laayoune.
Mientras el modelo se extiende, Tateh Lehbib ha conquistado ya a la comunidad, en la que empiezan a aflorar los espacios para la recogida de botellas con las que seguir alzando casas, dibujando sonrisas y promoviendo la sostenibilidad puesto que aunque en los campamentos saharauis el reciclaje sea un concepto por explorar, sí hay margen para reutilizar materiales que como el plástico les sobran. Por ello, y como dice este joven que sueña con que llegue el día en el que los refugiados saharauis dejen de serlo, “el tiempo es lo único que no podemos reciclar”.
El “albercoque”, “bercoque”, “albaricoque” o como queramos llamarlo, proviene de las zonas templadas de Asia. Las primeras referencias acerca del cultivo de esta fruta se recogen en China, concretamente en el año 3000 a.C. Las rutas de especias que comunicaban Asia y Europa, así como el poder imperialista de la cultura romana, los trajo al continente europeo, a través de la actual Armenia, de donde deriva su nombre: Prunus armeniaca. Su nombre en inglés y francés provienen del español, que a su vez parece mostrar influencias árabes (al-burquk) y latinas (praecoquus), haciendo referencia a la prontitud de su floración en verano.
Sus fechas de floración son diferentes ya que dependen de la climatología sufrida durante el año, incluso dentro de una misma variedad pueden variar por factores micro climáticos. Debido a estas circunstancias es usual observar campos de cultivo muy cercanos en los que la floración se retrasa o adelanta apenas 8-10 días, produciendo estampas asombrosas en los campos de Murcia. Una de las más espectaculares es la floración de Cieza, ya os la hemos mencionado alguna vez, donde se mezclan los diferentes colores de los albaricoqueros con melocotoneros, ciruelos y otros frutales híbridos.
Numerosas variedades de albaricoque se han adaptado al clima de la Región de Murcia: la Búlida habitual en todo el territorio, Mauricio y Valencianos localizadas en la Vega Media, el Real Fino ubicada en el valle del Río Mula (Mula y Pliego), así como el Moniquí y los de clase Mirlo cultivados en la Vega Alta (Cieza y Abarán). Toda la producción de albaricoque que consumiréis estos dos meses será de mi pueblo, de Ulea de nuestro querido Evaristo Ayaga y de Ramón de Eloy, compañeros, sabios y amigos. Empezaremos con las variedades más tempranas, con las que inauguramos temporada en LA HUERTICA, luego los “Valencianos”, los más apreciados por ser los más tradicionales, les seguirán los “Mauricio” “Rojo Pasión”, los más dulces y de tamaño pequeño, después los “Bulidas”, especiales para hacer mermelada por su dulzura y la suave textura de tu pulpa, y como remate final de temporada, el “Mirlo rosa”, son esos que parecen que tienen coloretes.
Es bajo en calorías y contiene vitaminas A y C, aportando a la dieta potasio, fósforo, calcio y un gran contenido en fibra, adecuado para mejorar la visión nocturna, un eficaz antianémico, mejora los intestinos delicados, previene el raquitismo, ayuda con el insomnio, su piel actúa como laxante, es recomendable para afecciones de la piel o del sistema respiratorio y estimula el crecimiento infantil.
¡Que los disfrutéis!
Si pensáis que os voy a hablar de una dieta para adelgazar o de la famosa pirámide de alimentos, estáis muy equivocados. Para mí la Dieta Mediterránea es mucho más. Es la clase de semilla elegida para siembra, siempre la mejor adaptada al terreno, el modo de cultivo, el sol y el agua; es el color de los mercados con la verdura esparcida recién traída de la huerta, es turrón de almendra y mazapanes en los puestecillos de las fiestas. Es uva, y vino, y fruta siempre en la cesta de la mesa, es oliva y aceite; el aroma del puchero de mi madre al sentarnos los nueve hermanos a la mesa, es pan con pisto o zarangollo y ensalada de la huerta… es Murcia entera.
La dieta mediterránea –cuyo nombre viene de la palabra griega diaita, que quiere decir modo de vida– no comprende solamente la alimentación, es un elemento cultural que propicia la interacción social, habida cuenta de que las comidas en común son una piedra angular de las costumbres sociales y de la celebración de acontecimientos festivos. Es una filosofía de vida basada en la forma de alimentarnos, de cocinar los alimentos, de compartirlos, de disfrutar de nuestro entorno y nuestro paisaje, de vivir y de relacionarnos con el medio, de generar arte y cultura, historia y tradiciones vinculados a nuestros alimentos emblemáticos y a su origen. Fruto de las relaciones interculturales de las comunidades que conforman nuestra historia. Es el elemento común y parte esencial de nuestro patrimonio cultural inmaterial. Paisajes, cultivos, mercados, celebraciones, tertulias, vida al aire libre… Los mediterráneos no nos sentamos a la mesa para comer, sino para comer juntos y disfrutar de la compañía de amigos y familia. Una herencia milenaria que debemos seguir transmitiendo a las generaciones futuras.
La dieta mediterránea ha originado además un conjunto considerable de conocimientos, cantos, refranes, relatos y leyendas. Asimismo, está arraigada en una actitud de respeto hacia la tierra y la biodiversidad y garantiza la conservación y el desarrollo de actividades tradicionales y artesanales vinculadas a la agricultura y la pesca en muchas comunidades de países del Mediterráneo. Las mujeres desempeñan un papel fundamental tanto en la transmisión de prácticas y conocimientos específicos sobre rituales, gestos y celebraciones tradicionales, como en la salvaguardia de técnicas.
En el modelo nutricional de esta dieta, que ha permanecido constante a través del tiempo y del espacio, los ingredientes principales son el aceite de oliva, los cereales, las frutas y verduras frescas o secas, una proporción moderada de carne, pescado y productos lácteos, y abundantes condimentos y especias, cuyo consumo en la mesa se acompaña de vino o infusiones, respetando siempre las creencias de cada comunidad.
Sin embargo, existe una amenaza: la Dieta Mediterránea se está abandonando y corre el riesgo de que se pierda si no se toman medidas para protegerla. La influencia de globalización y los cambios socioculturales han traído consigo nuevas costumbres y hábitos alimentarios menos saludables, ajenos a nuestra cultura. Por ello, debemos protegerla porque es parte de la herencia cultural recibida de nuestros antepasados que tenemos en común con los demás pueblos mediterráneos, una forma de vivir y relacionarnos, de cocinar y comer compartiendo, unos cultivos sostenibles y respetuosos con el medioambiente, un estilo de vida, en suma, cuyo carácter excepcional y su beneficiosa influencia para nuestra salud han sido puestos de manifiesto por la ciencia moderna.
Por este motivo, ha sido tan significativo el reconocimiento de la Dieta Mediterránea como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO, y de este modo, conseguir salvaguardar el legado milenario que representa la Dieta Mediterránea.
Si somos lo que comemos, sin duda hoy somos cambio climático. Nuestras dietas ricas en proteínas animales, alimentadas por una producción industrial e intensiva de carne, son una de las principales causas del calentamiento global como ya hemos visto en anteriormente en el blog. El consumo exagerado de carne y sus derivados no solo tiene consecuencias para nuestra salud, también las tiene para la salud del planeta. Para curar este mal hace falta voluntad individual pero también política.
El apetito por la carne no para de crecer. Entre
1980 y 2012 el consumo de carne per cápita a nivel mundial ha aumentado un 40%. Sin
embargo, como tantas otras cosas, está distribuido de forma muy desigual. Por
ejemplo, en India la media per cápita y año es de cinco kilogramos, mientras
que en EE.UU es de 75 kg. En España, es de 51 kg.
Según el World Cancer Research Fund el nivel considerado sano está en torno a
los 25 kg, la mitad de lo que se consume actualmente en España. En nuestro país
la dieta sufrió un cambio radical y mientras en los años 60 la carne y el
pescado representaban el 6,3% de nuestra alimentación, actualmente representan
el 16%. ¡En medio siglo casi ha triplicado! Por ello es urgente
romper esta tendencia, porque nuestra salud ni la del planeta (este lo tiene
incluso peor) lo aguantan. Aquí cinco razones para reducir urgentemente el
consumo de carne, pero se pueden añadir más:
1. Por el bien de nuestra salud
El consumo excesivo de carne en combinación con otros factores, como por
ejemplo la falta de ejercicio físico, contribuye a generar sobrepeso, obesidad
y enfermedades cardiovasculares. Pero, carne proveniente de granjas
industriales ingieren también residuos de antibióticos e incluso hormonas de
estrés de los animales. España, según los últimos datos disponibles, es el
segundo país de la UE que más consume antibióticos para la ganadería
industrial. ¡Casi 2.000 toneladas en 2011!
2. Para frenar el cambio climático
La ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Junto con el sector de la energía y del transporte es una de las principales contribuyentes del cambio climático. Además, el ganado emite metano, otro peligroso gas de efecto invernadero.
La necesidad de reducir el consumo de carne para frenar el cambio climático es una de las conclusiones de uno de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
3. Para conservar la tierra para alimentar al mundo
Cerca del 75% de la superficie agraria mundial se destina a la alimentación y crianza de animales. ¡Solo ¼ se destina a producir alimentos para consumo directo humano! Un tercio de la producción mundial de cereales y el 80% de la soja, en su mayoría transgénica, termina convertida en piensos para animales y no en nuestros platos. ¡Para producir un kg de carne de vacuno son necesarios entre siete y diez kg de piensos y hasta 15.000 litros de agua!
Para que los países enriquecidos puedan disponer de carne barata, hábitats de gran valor ecológico, como los bosques tropicales son devastados. Por ejemplo, se estima que la ganadería industrial es responsable del 80% de la deforestación de la Amazonia y ha convertido Argentina en un “desierto verde” donde impera la producción de soja… transgénica.
4. Para proteger la biodiversidad
La agricultura industrial destruye masivamente la biodiversidad, incluso la alimentaria. En el mundo existen más de 30.000 especies vegetales comestibles y cada vez centramos más la nuestra y la de los animales en cuatro: trigo, soja, maíz y arroz. Lo mismo hace la ganadería industrial. Según la FAO, ⅕ de las razas de ganado a nivel mundial está en peligro de extinción.
Los monocultivos para la producción de piensos son altamente demandantes de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, una amenaza directa para muchas especies. Las lindes de los campos y los setos desaparecen destruyendo así importantes hábitats. Incluso para la propia agricultura porque son refugio y fuente de alimento para muchas especies beneficiosas, como los insectos polinizadores.
Al contrario, la agricultura ecológica trabaja con la naturaleza y no en su contra y potenciar la biodiversidad es una de sus máximas para recuperar y preservar el equilibrio ecológico. El bienestar animal y la recuperación de razas autóctonas es también una máxima de la ganadería ecológica.
5. Para proteger los suelos y el agua
La agricultura ganaderías industriales están basadas en el beneficio económico, no en proteger el medio ambiente ni nuestra salud. El uso masivo de fertilizantes sintéticos nitrogenados en la agricultura provoca la contaminación de los acuíferos, ríos y océanos. La ganadería industrial genera ingentes cantidades de purines, lo que dificulta su adecuada gestión y provoca la contaminación del suelo y del agua.
Y dirás ¿ante esto qué hago? Lo primero adoptar la tan famosa pero también olvidada dieta mediterránea que veremos ente apartado la semana que viene, considerada una de las más sanas (es patrimonio inmaterial de la humanidad) y hay estudios que demuestran que los beneficios para el planeta son también ingentes. En esta el consumo de carne es esporádico y no rutinario como en la dieta predominante. Lo segundo, y por todo lo dicho anteriormente, lo mejor es que todos los alimentos derivados de animales que consumamos provengan de la ganadería a pequeña escala o ecológica.
En el post anterior hablamos de La Hora del Planeta, pretendíamos crear conciencia sobre el cambio climático pero no mencionamos qué podemos hacer nosotros para combatirlo porque hay que tener claro que el cambio climático es inevitable pero podemos frenarlo. Es un cambio que la mano del hombre está acelerando. Murcia es una de las regiones más afectadas de la península, la sequía y la subida de la temperatura en invierno ha adelantado este año la floración, no sabemos cómo va a afectar sobre todo a los cítricos, las abejas están descolocadas por los cambios, dentro de poco esta